El curry japonés, o kare raisu (カレーライス), es uno de los platos más queridos de Japón, y siempre está presente en hogares, comedores escolares y restaurantes. Su salsa espesa, ligeramente dulce y especiada lo diferencia de otras versiones de curry. Sin embargo, muy pocas personas conocen el origen del curry japonés. Este saben que este plato tiene sus raíces a miles de kilómetros, en un viaje que comienza en la India, pasa por Gran Bretaña y finalmente encuentra su hogar en Japón.
La historia del curry japonés es un fascinante ejemplo de cómo las culturas se entrelazan y evolucionan. Es un reflejo de cómo Japón ha sabido adoptar elementos extranjeros y los ha transformado en algo propio. ¿Cómo un plato tan global llegó a convertirse en un símbolo de la gastronomía japonesa? Acompáñanos en un viaje por largas rutas marítimas de la Marina británica y conoce cómo influyeron figuras históricas como William S. Clark en el surgimiento de esta comida tan reconfortante.
El curry llega a Japón: de India a Gran Bretaña y más allá
El curry nació en la India, donde sus raíces se remontan a más de 4000 años. Originalmente, era una mezcla de especias como cúrcuma, comino, cilantro y jengibre, que se utilizaban para sazonar guisos y darles un sabor complejo y aromático. En la India, el curry no era un plato único, sino una técnica culinaria que variaba según la región, los ingredientes locales y las tradiciones familiares.
La llegada de los comerciantes europeos, sobre todo de los portugueses en el siglo XV, marcó un punto de inflexión: fue entonces cuando el chile, traído de América, se integró al curry, y le dio el característico picante que hoy asociamos con la cocina india. Este viaje de sabores continuó cuando los británicos colonizaron la India en el siglo XVIII. Llevaron el curry a su mesa, aunque lo adaptaron a su paladar, es decir, lo hicieron más suave y menos especiado, lo que sentó las bases del curry anglo-indio que llegaría a Japón.
El curry japonés llegó a Japón a través de los británicos durante la Restauración Meiji (1868-1912), un periodo de modernización y apertura hacia Occidente. La Marina británica, que ya había adoptado el curry como parte del menú para sus largos viajes, trajo consigo una versión adaptada del plato indio. Este curry británico era más espeso que el original, gracias a la incorporación de harina, carne y vegetales, lo que lo hacía más práctico para alimentar a grandes tripulaciones.
Según la antropóloga Merry White de la Universidad de Boston, el curry fue introducido en Japón por la Marina británica a finales del siglo XIX. Existe incluso una leyenda sobre un grupo de marineros británicos que, tras un naufragio en la costa japonesa, compartieron su curry en polvo con los lugareños. Aunque no está claro si esta historia es completamente cierta, lo que sí se sabe es que la Marina Imperial japonesa adoptó el curry como parte de su menú, un legado que continúa hoy en día.
La influencia estadounidense y la llegada del curry a los hogares
En 1876, el estadounidense William S. Clark, fundador de la Universidad de Hokkaido, también dejó su huella en la evolución del curry japonés. Durante una época de escasez de arroz, Clark sugirió añadir patatas al curry como suplemento alimenticio. Este pequeño ajuste consolidó aún más el plato como un alimento versátil y nutritivo.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando el curry japonés se hizo un lugar en los hogares. El desarrollo de cadenas de restaurantes como Coco Ichibanya, que abrió sus puertas en los años 70, popularizó el plato a nivel nacional. Hoy en día, Coco Ichibanya cuenta con sucursales en ciudades de Asia, Europa y Estados Unidos, por lo que lleva el sabor del kare raisu a todo el mundo.
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Las distintas variedades del curry japonés
Lo que hace único al curry japonés es cómo cada región lo ha adaptado para incluir ingredientes locales. Por ejemplo, el curry de vieiras es típico de la prefectura de Aomori, mientras que en Kagoshima se utiliza cerdo negro. Incluso hay versiones innovadoras como el curry con nashi (pera china) en Shimane. Este enfoque refleja la filosofía japonesa de aprovechar productos frescos y de temporada para enriquecer cualquier plato.
La versión más famosa, tanto en Japón como internacionalmente, sigue siendo el katsu curry, una chuleta de cerdo empanada, arroz, salsa espesa de curry y el toque ácido del jengibre encurtido rojo. Esta receta representa el equilibrio perfecto de sabores y texturas, una característica esencial de la cocina japonesa.
Curry japonés: un fenómeno global
Hoy en día, el curry japonés se conoce en todo el mundo. Los bloques de curry instantáneo, inventados a principios del siglo XX, se han convertido en un producto imprescindible en los supermercados japoneses y asiáticos. Con estos cubos, cualquiera puede preparar un kare raisu en casa con facilidad.
Además, el kare raisu ya es más famoso que otros platos tradicionales como el sushi o la tempura, sobre todo entre las familias japonesas. Según una encuesta reciente, muchas personas en Japón lo consideran un plato cotidiano, asociado a recuerdos de la infancia y comidas caseras reconfortantes (comfort food).
El origen del curry japonés es una mezcla de culturas, creatividad y tradición. Desde su llegada con los marineros británicos hasta convertirse en un elemento básico de la dieta japonesa, este plato cuenta una historia de adaptación y reinvención. Hoy, el kare raisu es mucho más que una comida deliciosa: es un símbolo de cómo Japón sabe transformar lo extranjero en algo propio.